domingo, 28 de agosto de 2011

Domando a Tohil

Cielo de azul infinito, el agua a una temperatura ideal, viento amable de verano.  Luego de una media hora de instrucción, cargar la tabla y después la vela hasta la playa, meterme por primera vez en un ajustado wetsuit de esos que sólo había visto en la tele o las películas, comenzó mi nueva aventura.  No pude escoger una mejor tarde para tomar ¡Mi primera lección de windsurfing!

La oportunidad llegó por medio de una oferta de Groupon.com.  Tres horas de instrucción a mitad de precio ($40).  Irresistible ocasión para echar una nueva experiencia a la mochila.  Lo compré varias semanas atrás así que después de evaluar el pronóstico del clima para escoger una buena fecha -las últimas dos semanas por fin tuvimos días de verano (23-25 grados y soleados)- y comprar un par de watershoes baratos en el Walmart estaba listo para el reto.

Google Maps me guió sin problemas -convenientemente ahora en mi teléfono- desde el restaurante de sushi en el downtown donde almorcé con mis amigos hasta el Jericho Sailing Centre.  Luego del transbordo en el centro, la ruta 4 me dejó en la entrada de la playa.  Una agradable caminata al lado de un bosque -menos mal que elegí vestirme de playera blanca, shorts y flip-flops-.  Linda playa la de Jericho, situada al suroeste de la ciudad (y una excelente vista del downtown).

Después de deambular un poco perdido por la playa encontré las oficinas de Windsure, me registré y pagué el impuesto (12%).  Me dirigieron hacia la caseta:

En camino a la caseta de Windsure

- Hola, tengo reservación para el curso de las 4 pm
- Hola, soy Michelle.  Comenzamos en pocos minutos aquí en frente, puedes cambiarte la ropa en las casetas a la vuelta de la esquina
- Bueno, muchas gracias

Dudando si usar la calzoneta de natación -de esas de licra ajustada- o una mas larga, me decido por la última.  Meto los shorts, mi teléfono y la billetera en la mochila.  Al volver, los participantes en el curso están reunidos en la playa.  Titubeo, veo que ya todos se han quitado la playera así que hago lo mismo, guardo la mochila en sus "lockers" -mas bien armarios de madera- y me doy cuenta que será difícil tomar fotos una vez comencemos, por lo que dejo la cámara también.

Mi grupo de primerizos incluye un par de muchachos rubios, una pareja de indios, otra de chinos, otra chinita y una bonita chica rubia.  Ah, y un chapín entusiasta.  Como siempre, un grupo bastante diverso. 

Michelle se sienta en una piedra y con un marcador y una hoja comienza la instrucción teórica:

- Alguien puede decirme desde dónde está soplando el viento?
- Por allá!  Digo mientras apunto hacia mi izquierda.  No se si quería coordenadas este-oeste o algo así...
- Correcto, busquen las banderas en la playa pues son los mejores indicadores.  Ahora, si pensamos en un reloj -mientras dibuja el círculo en el papel- y el viento sopla a las 12, ¿Cuál es la dirección contraria?
- Las 6, respondemos todos.

Luego de las 6, marca las 9 y las 3 en su dibujo.
- Al hacer windsurf, la única sección en el reloj imaginario en las que se puede aprovechar el viento son entre las 9 y las 10 y entre las 2 y las 3.  O sea, en dirección perpendicular al viento.
- Ajá...  so far, so good

Entonces, si salimos por ejemplo de esa área y nos encontramos en la sección de las 3 a las 9, cómo volvemos?
- Ni idea, no se si entendí bien la pregunta.  Ninguno de los primerizos atinamos a responder
- En zigzag, responde alguien fuera del grupo
- Así es.

Luego comienza a hablar de la vela, de upwind, downwind, y conforme avanza, comienzo a tener la sensación de que ya me perdí... 

Michelle se sube al "simulador" (una tabla y vela sujetos a una base en la arena), en la que nos muestra cuál es el frente y cuál la parte de atrás de la tabla, cómo subirse a la tabla -las manos primero, luego las rodillas donde estuvieron las manos, finalmente los pies-, la forma de pararse en la tabla -los pies a los lados del mástil y manteniendo la espalda derecha-.  

Ahora cómo levantar la vela del agua -jalar una cuerda atada al mástil-, cómo tomar el mástil y la forma de sujetar el boom -el "agarrador" de la vela-, cómo iniciar el movimiento, cómo inclinar la vela para cambiar la dirección, y un largo etcétera.  En este punto me estoy preocupado pues creo que ya se me olvidó la mitad de lo que dijo y no se si comprendí bien la otra mitad.

Al terminar la instrucción, Michelle pregunta:
- Ok, entonces ¿Quién va a ser el primero en subirse al simulador?
No hay muchos valientes
- Vamos chicos, todos tendrán que subir de todas maneras

El primer cuate a la izquierda de nuestro semicírculo se ofrece como voluntario, se sube a la tabla y Michelle le va ayudando a hacer cada movimiento.  Uno a uno vamos subiendo y cuando me toca mi turno, me siento un tanto nervioso.  Ya subido en el simulador, los primeros movimientos, aunque torpes, los hago bien pero cuando trato de levantar la vela jalando la cuerda, siento por primera vez la fuerza del viento que empuja separándome de ella.  Una vez estabilizada la tabla, hago los movimientos upwind y downwind, la maniobra para dar la vuelta a la vela subido sobre la tabla -algo difícil en tierra, no quiero imaginármelo en el agua- y aliviado termino mi simulación.

La academia...

Cuando todos hemos pasado, nos toca llevar las tablas desde atrás de la caseta hacia la playa.  Son un tanto pesadas -50 libras talvez?- y largas: 2.5 metros, por lo que nos toca cargarlas entre dos personas.  Volvemos por las velas (mucho más livianas, llevándolas sobre la cabeza con una mano en el mástil y la otra en el boom), cuidando de no dejar entrar arena en el hoyo que encaja con el piñón en la tabla, lo que mantiene unidas ambas partes. 

Por último, los wetsuits y chalecos.  Volvemos a la caseta y otro instructor nos asigna nuestros trajes.  Están volteados -la parte externa del traje está hacia adentro, me pregunto por qué-.  Le doy la vuelta -el ziper queda en la parte de atrás del cuerpo- y meto el pie izquierdo primero, cuidando de no llenarlo de arena.  Wow, de verdad es ajustado.  Meto el pie derecho ahora y con dificultad comienzo a subir las piernas del traje ajustándolas a las mías.  En la parte de las rodillas tienen un material distinto (imagino que para mejor flexibilidad). 

Es en este momento que recuerdo el consejo de la chica francesa que conocí ayer en una fiesta: "Usa la calzoneta de licra para que sea más fácil entrar en el traje".  Ni modo, tuve que hacer los ajustes del caso para que la calzoneta no se abultara en lugares incómodos...   Continúo subiendo el wetsuit hasta meter la mano derecha, luego la izquierda.  Hay una correa de unos 20 cms atada al zíper para facilitar el cierre así que extiendo el brazo hacia la nuca, agarro la correa y la jalo hasta donde topa.  Ya está! 

Comienzo a sentirme como los surfers que cabalgan con libertad total sobre las olas en películas como Point Break.  La adrenalina y alegría de hacer algo totalmente nuevo me va inundando...

Escojo ahora uno de los chalecos salvavidas -uno que combine con el azul de mi wetsuit- y es cuando aprovecho para pedirle a uno de los colegas novicios que me tome un par de fotos.  No se si vaya a tener otra oportunidad hoy de verme tan preparado para el mar.

Caminamos todos hacia la playa y mientras llega la instructora, entusiasmados, aprovechamos para experimentar por primera vez el entrar al mar en un traje de neopreno.  El agua está un tanto fría pero nos importa poco.  Nos vemos unos a otros sonriendo, entre nerviosos y emocionados.

Michelle llega subida en un kayak y nos da las últimas indicaciones.  La vela al lado derecho de la tabla, arrastramos la tabla vela hacia el mar.  Con el agua a la cintura, cambiamos de posición la centerboard (aleta que sirve para la estabilidad y dirección).  Bueno, llegó la hora!  Poniendo mis manos sobre la tabla, me impulso para subir las rodillas y ahora asiento los pies.  Estoy parado en la tabla!

Continúa...