viernes, 28 de mayo de 2010

De miedos y malabares

Hoy me dí la oportunidad de sentirme niño otra vez. De abrirme a una experiencia casi olvidada y a sentir la alegría y entusiasmo de probar otras cosas, de experimentar otra vez. De arriesgarme a equivocarme y caer. ¿Qué fue? Nada del otro mundo, algo muy simple. Y a lo mejor por eso ahora que lo recuerdo aún sonrío.

El plan era hacerlo antes de almuerzo en el Stanley Park, y así aprovechar para recorrerlo, siendo éste un ícono de la ciudad. Hacia allá me dirigí entonces, hoy me propuse un día de turismo. Al llegar era ya hora de comer, así que decidí hacerlo en Denman Street, una calle con buena variedad de restaurantes.

Luego de caminar varias cuadras me decidí por cocina vietnamita, unos rolls y una especie de mini-crepes orientales. Veo que ya voy mejorando mis habilidades con los palillos, pues hasta los fideos me pude comer (en su mayoría). No llevaba nada que leer -el día había amenazado con lluvia y no quería andar cargando nada- así que el Globe and Mail, periódico local, me ayudó a entretenerme.

Ahora de vuelta al reto. Caminé hacia la tienda de alquiler (hay varias a un par de cuadras de la entrada al parque) y luego de ver los detalles (costo, requisitos, modelos) escogí el modelo, pagué, me puse mi casco y salí. Iba a montar en bici!

Lo primero que me recordé fue que nunca me ha gustado llevar el sillón muy alto (por lo chaparro, claro. Siento que me caigo!) así que eso le dije al cuate "Not too tall". Luego de preguntar cómo se hacían los cambios (la que alquilé era una 7-gear Cruiser, con 7 cambios -como su nombre lo indica-) y de que me dijera cuál era la ruta para acercarme al parque (no puedes montar la bici hasta casi la entrada); comencé a caminar.

A pesar que luego de una cuadra ya podía montarme, me sentí un tanto tímido para hacerlo y me moví hasta un lugar mas "privado" para ejecutar el acto de malabarismo. No podría decirlo de otra forma, porque sólo fue subirme y sentirme de lo más torpe que me he sentido en mucho tiempo. El cuerpo se me balanceaba de un lado a otro y mientras trataba de mantener el equilibrio, me esforzaba por pedalear y mantener una dirección mas o menos estable. Por un momento pensé "...y dónde estarán las rueditas de esta cosa?!" mientras me acostumbraba a algo que no había hecho desde hacía unos 15 o 20 años por lo menos...

Así que ahí iba, con una sonrisota en el rostro, recordando cómo aprendimos a manejar bici con mi primo Jorge allá en Mixco, en aquella bicicleta roja que según recuerdo, era estilo californiana; de la ilusión por alcanzar ese pequeño pero importante logro infantil. Recorrí el parque (se hace en sentido contrario a las agujas del reloj) por el sendero debidamente marcado que separa a los ciclistas y patinadores de los peatones. Aproveché para tomar varias fotos y hacer un poco de ejercicio, pues el recorrido demora aproximadamente una hora.

Claro, a la media hora ya me animaba a manejar con una mano, incluso tomé un video -conste que no me caí, pero casi...- y a manejar mas rápido. Era como si una parte de mí que tenía atrofiada salía de nuevo y me confirmaba que seguía allí, latente. He de confesar que después de media hora ya me estaba molestando el sillón (Ah! Por eso no lo hago mucho...) pero disfruté mucho la experiencia. Y ahora que domé la bici, me recordé que me ilusiona manejar una Kawasaki Ninja 250cc... Mmmm.

La experiencia de hoy me hizo recordar ese maravilloso conflicto infantil entre tirarse al agua para aprender a manejar bici (si no, cómo?) y al mismo tiempo tener cuidado para no meterse un buen trancazo.

Y resulta que así nos toca en la vida. Necesitamos sacar fuerzas de algún lado a pesar de nuestros temores para poder alcanzar lo que deseamos. Estamos constantemente expuestos al miedo (a equivocarnos, a lastimarnos, a sufrir, a perder, que cada quien escoja el suyo) pero lo importante es ser conscientes de ello y, si nos apetece, luchar por superar ese miedo.

Y entonces ustedes, ¿Cómo aprendieron a manejar bici? Si lo hicieron, estoy seguro que pueden hacer cualquier cosa..!

domingo, 23 de mayo de 2010

Buscando mi lugar en Vancouver

O "Cómo conseguir apartamento en Vancouver en 13 pasos:"

1. Aclarar tus prioridades. Se dice fácil, pero a mi me llevó como 4 días. Ahí pegado al Craigslist viendo y re-viendo y había tantas opciones (amueblado-no amueblado-compartido(dormitorio nada mas)-suite-en el Downtown-en Burnaby-en Richmond-precio...) que era desconcertante y no terminaba de madurar la idea.

2. Mejor si hacés una tu matriz en Excel (yo y mis cuadritos). Sirve para comparar todos los parámetros importantes:

Ubicación-Precio-Amueblado-#Habitaciones-EntradaSeparada-BañoPrivado-Area(piescuadrados)-CableTV-Internet-Lavandería-Disponibilidad-Plazo-Depósito-Contacto-Otros...

3. Finalmente, comenzar a llamar para concertar citas. Como te da cheles porque no tenés trabajo y en varios anuncios piden referencias, primero mejor mandás e-mails para comenzar así despacito, con casaca. En eso recibís la primera respuesta de una tal Rebecca Xu: "Thanks for your interest Francisco. Are you working or a student?".

Mieeerr...! No hay opción a "Ninguna de las anteriores"?

4. Después de responder que acabás de migrar pero que sos una persona profesional, con 35 años, que trabajaste para una empresa multinacional, que has vivido solo durante 13 años sin ningún problema; en resumen que sos una persona muy decente... y del trago amargo porque la Rebecca no te vuelva a responder... Pues a seguir enviando e-mails.

5. Ya con algo de práctica, te decidís a comenzar a llamar. Total, qué puede salir mal? Ok, James. Ah, que está en una reunión y que llama de vuelta. Eric. Que está bien, pero que tiene otras ofertas y que mejor me llama. Mmmmm...

6. Pasa todo el día sin recibir respuestas ni por e-mail ni por teléfono. Luego como a las 18:00 como por arte de magia, comienzan a regresar las llamadas. Si, que mañana puedes venir. Si, a qué hora mañana? Si, el domingo. Ah, Vincent. Mañana se puede? Ok... Ufff. Menos mal.

7. Llega el sábado y te levantás temprano porque hay que visitar los lugares con Prasad, el dueño de la empresa que te recibió en el aeropuerto y te han acompañado a hacer los trámites de rigor... Son las 9:00 y Prasad no aparece. Aló? Si, Prasad, vas a venir para ir a ver las casas? Ah que tenía que confirmarte y como no llamé no agendaste las visitas... Ok, entiendo. Adios.

Puuuuu.... Y ahora?

8. Después de "cavilar" por unos minutos, pues ni modo, los hinchás y te decidís a ir vos solo. Menos mal está el Google Maps que es una maravilla y conforme vas ingresando las direcciones van apareciendo las indicaciones de en qué estación del Skytrain bajarte, qué linea de bus tomar, hasta el número de la parada del bus... Armás tu itinerario y salís decidido (o talvez no tanto) a enfrentar la situación.

9. Llamo a James porque son las 10:30, ya me bajé en la estación Edmonds del Skytrain pero el bus 106 no pasa hasta las 10:40 y James no puede después de las 10:45. Ok, mejor llego mas tarde. Decido ir de todas maneras para conocer por dónde es (igual la casa de Eric queda por ahí también). Me bajé una parada antes, camino y el sector está bien, algo descuidadón aunque la casa está bonita. Luego regreso y voy a donde Eric. La suite tiene el dormitorio y una sala (por eso es suite, eso lo aprendí aquí...). Está bien pero nada más. No incluye CableTV (el Eric ni mira tele, solo internet dice) y está disponible hasta Junio 1. Ok, muchas gracias Eric. De regreso paso viendo dónde queda el supermercado, etc. por aquello de la conveniencia. Ay, ya me orino.

*** Interrumpimos esta lista para ir a buscar un sports bar o restaurante italiano y poder ver la final de la Champions League en Commercial Drive. Commercial Drive es una calle ecléctica (diría Carol) con muchos restaurantes de distintas nacionalidades... Un área bastante viva e interesante de Vancouver en la que pensé, definitivamente estarían viendo el partido.

Lo malo es que al llegar a la estación tomé la dirección equivocada y me fui por Victoria, y no encontraba nada mas que restaurantes chinos, japoneses, hindúes en donde se notaba que la final tenía la misma importancia que la Teletón Fundabiem para ellos...

De regreso encuentro (al fin!) lo que buscaba. Entro al primer sports bar y está atestado. No me animo a quedarme y sigo caminando. Del segundo restaurante italiano que veo no me gusta el ambiente, mejor sigo. Al final encuentro al "Roma Sports Bar" en una esquina y a pesar que está lleno también, el segundo gol de Milito y la celebración de los comensales me hace quedarme, parado en la salida. Termino de ver los 25 minutos del 2o tiempo, y cuando finaliza el partido sale la mayoría de italianos y cinco o seis alemanes cabizbajos. Finalmente puedo orinar y aprovecho para almorzar 2 pedazos de pizza y una cerveza local -Kokanee-.

Regresemos a la lista... ***

10. Ahora me voy (siempre de acuerdo con las indicaciones de Google Maps, esta cosa no se equivoca!) al Metrotown (estación cercana al Metropolis, un centro comercial bastante grande) y busco la ruta 129 que me llevará a mi siguiente destino. Cuando me doy cuenta de la frecuencia de ese bus y de la hora que es, desisto de la idea y mejor me compro un White Chocolate en el Starbucks... hace frío y necesito calorías. Con mi chocolate en mano me voy al 2838 East y 23 Street a ver la suite amueblada que alquila Vincent y que llamó mi atención desde que la vi.

De acuerdo con el itinerario, debo tomar la otra línea del Skytrain (Millenium en lugar de Expo) así que para ahí voy. No logro ubicarme en la estación, así que regreso a la anterior. Mmm... resulta que esa cosa sí se equivoca porque siempre sí era en Expo... Después de errar por un tiempo, llego una hora antes de lo programado pero cuando lo llamo está anuente a recibirme. Ya me dieron ganas de orinar otra vez, pinche frío.

Ah, aquí en muchos hogares uno tiene que quitarse los zapatos para entrar a la casa (no sé si es para no ensuciar en invierno, o si es una costumbre cultural oriental). El asunto es que el apartamento tiene entrada propia con alarma, la
alfombra y el lugar están prístinos -o sea, exageradamente limpios-. Aunque es un sótano tiene bastante luz y son dos ambientes, la sala que tiene un sillón, TV con cable, escritorio, comedor, refri, estufa, etc., un baño muy limpio también y el dormitorio.

Me comenta Vincent que es una persona bastante selectiva para sus inquilinos y que primero pide respuesta por e-mail, si le parece entonces entrevista a la persona, y finalmente si le parece le alquila el lugar. No hay problema, yo también escojo cuidadosamente...

Nos ponemos a platicar, me cuenta que es de Brunei -no tengo muchas referencias al respecto- y que trabajó también con la Conchita. Que su último inquilino era un ¿Australiano? ¿Alemán? que debió regresar a su país y que a el le gusta mantener todo limpio -lo cual es evidente-.

Luego de aclarar detalles (sí puede darme la suite antes del 1 de junio, cobra C$ 75.00 por limpiar la alfombra al dejar la suite o cada 2 años) y darme cuenta que de hecho Vincent ni me preguntó si tenía o no trabajo -lo que me hace pensar que tengo buenas posibilidades de quedarme con el lugar- me indica que tendrá un par de entrevistas mas y que me llamará para confirmarme, a mas tardar el martes. Ok, muchas gracias Vincent, gusto en conocerte...

11. Ahora vuelvo al Skytrain y de ahí a Edmonds, para por fin visitar la suite de James. Muy bonita, bastante espaciosa y con bastante iluminación. No está amueblada, así que en caso me pase aquí tengo que comprar lo básico. Con James es el único con quien lleno un formulario, le dejo mi teléfono, mis referencias (Carol, Andy y Prasad) y hasta el número de mi trabajo (creativamente inventamos que trabajo con el primo de Carol, desarrollo web, qué tal? jajaja) y de vuelta al hotel.

12. Me doy cuenta de lo bien que me siento por haberme soltado ya a caminar por la ciudad sin conocer y darme cuenta que (como siempre pasa) no era tan difícil. Ranking mental de sitios visitados:
#1. El amueblado de Vincent - solo preocupa que no está muy anuente a las visitas... habrá que ver.
#2. El no amueblado de James - Está muy bonito, aunque la ubicación no es la mejor y tendría que comprar muebles.
#3. El no amueblado de Eric - Está bien, nada más. Igual ubicación que el anterior y también a comprar muebles.
#4. El no amueblado de Oakridge - Feo, sucio y mal mantenido.

13. Luego de ir y venir en la 321, Skytrain, la 106, Skytrain, la 129, Skytrain, la 106 otra vez, Skytrain y finalmente la 321 hacia el hotel; una llamada casi al bajar: "Francisco, I have great news for you. I choose you..."

Y el ganador es: Vincent... Qué buen inquilino el que se encontró...!

http://vancouver.en.craigslist.ca/van/apa/1749872397.html

martes, 18 de mayo de 2010

Abriendo los ojos

El viaje comenzó temprano, como comienzan los viajes largos. A las 4:15 de la madrugada del miércoles pasado. Aunque puede ser que haya comenzado mas temprano aún. Quizás con mi último día en la empresa en abril -ya tenía pues, asegurado el dinero y el tiempo para prepararme-. O talvez en agosto del año pasado, cuando me confirmaron la visa de residente.

Puede que fuese hace una o dos semanas atrás, cuando realmente comencé a sentir los rigores de la mudanza, con una lista de cosas por hacer que era bastante abstracta al principio y que se fue haciendo muy concreta de a poco: cancelar cuentas, repartir mis pocas pertenencias, comprar maletas, operarme los ojos, el flete de mis cosas, la venta del carro... Fue mucho, y los últimos tres días me rebalsaron con la magnitud de tareas que tenía enfrente.

Pero a lo mejor lo difícil no fueron las muchas vueltas por hacer sino el desprendimiento emocional que significaba este viaje, esta migración. Debía dejar casi todo atrás. Como me dijeron, fue resumir y empacar 35 años en 3 maletas.

Pero algo tengo muy claro: si debo morir pronto, es éste el mejor momento. Que sea hoy! En el último mes recibí tanto cariño, tantas palabras de aliento, tantos abrazos, tantas sonrisas... y lágrimas también. Me sentí orgulloso de mi vida.

Todas las personas que estuvieron a mi lado, mi familia, mis amigos y amigas, todos me hicieron sentir dichoso. Dichoso de poder compartir con cada uno aunque fuera un momento, para reafirmar nuestro cariño, nuestra amistad y nuestra confianza.

Para asegurarnos que ahí estaremos, siempre pendientes de nuestras vidas. Traigo tanta energía positiva que necesitaré irradiarla aquí. No se ni cómo. Tanto cariño y alegría que es simplemente sobrecogedor, sobrepasa tu ser.

Ahora puedo morir tranquilo. Bueno, creo que ya estoy muerto. Aquel que estuvo con ustedes ya no vive mas. Me es tan claro; lo prefiero y es necesario que así sea.

Gracias a todos por ser testigos de mi deceso. Gracias por estar presentes en mi funeral y por acompañarme en mi dolor. No hay nada de que preocuparse, no fue el dolor negro de la muerte. Para nada. Era un dolor distinto, un dolor más blanco y con mucha luz. Fue un alumbramiento.

Así me siento ahora: desnudo y armado sólo de instinto y de intuición. Claro, hay tanto nuevo que puede ser atemorizante. Pero estoy feliz. No puedo esperar para aprender a caminar otra vez.

Y como siempre, se que están aquí conmigo. Caminemos entonces... acompáñenme otra vez.


"Emancipate yourselves from mental slavery;
none but ourselves can free our mind..."

- Bob Marley