Salí del motel en Surrey ya casi a la hora de comer. Como todos los días en esta ciudad, el ambiente estaba frío y el cielo gris.
Luego de montar el bus y pagar los C$2.50 en la cajita esa que sólo acepta "exact change", caminé hacia adentro. Me senté distraídamente en uno de los lugares del medio, tratando de ajustar el volumen del iPod (Rock en español, por supuesto). En esas estaba cuando me dí cuenta que mi vecina de asiento me veía con curiosidad.
De verdad no se cómo no la noté antes, siendo que tenía rasgos latinos y considerando también que la mayoría de residentes en Surrey es hindú. Aquí el curry en la cocina, y Prasad o Chitra como nombres son comunes. Y se habla inglés con un fuerte acento. En resumen, resaltábamos como luciérnagas, aquí los exóticos eramos nosotros.
-Hace frío, ¿Verdad?
-Un poco -respondí, un tanto escéptico de encontrar una latina por acá-. Pero a mí me gusta el frío.
-Ah, yo prefiero el calor...
Una sonrisa un tanto coqueta me hizo comprender que ella disfrutaba la conversación en español.
-Y de dónde es usted?- Me animé a preguntarle.
-Ah yo vivo aquí hace casi 10 años. Me vine joven, de mi país. El Salvador.
-Aaah, usted es de El Salvador? Qué bien, mi abuela era de Sonsonate...
-Tenemos raíces comunes entonces- Me respondió, soltando una risa.
Esa risa me hizo sentir más confortable en el, ya para ese momento, cálido bus.
Hablamos de muchas cosas, de cómo vine a parar aquí. Mis planes, mis ilusiones, mi forma de ver el mundo. Ella sabía escuchar muy bien. Era una sensación extraña, pero sentí como si la conociera de siempre. Y disfruté muchísimo el estar ahí con ella. Su presencia era confortable, casi sentías que te abrazaba.
-Mire qué alegre encontrarme a una "vecina" hasta aquí. Qué rico poder hablar en español!- Sonreí.
-Pues talvez sí. Aunque aquí se acostumbra uno. A todo se acostumbra uno...
Luego de parar unos minutos en la terminal de Newton, el bus continuó su marcha hacia King George Station. 10 minutos mas.
-Y usted es casado?-. Me sorprendió lo súbito de su pregunta.
-No usted, solterito. Creo que eso me facilitó venir a parar aquí. Y usted?
-Ah yo soy casada. Tengo 4 hijos, y estoy esperando el quinto.
-Alagran! ¿En serio?- Lo único que pude responder, considerando las dificultades que eso implica...
Ví cómo se le iluminó el rostro mientras decía con orgullo:
-Si. El mayor tiene 8 años, viera cómo es de inteligente! Y muy aplicado. El segundo y tercero son unos diablillos, pero son lindos mis nenes. La cuarta tiene dos años, es una bebé aún, pero sé que tiene un gran corazón. Y la quinta... bueno la quinta viene en camino.
Yo volví a verla mejor, pues no se notaba su embarazo. Para nada.
-Y usted ¿Cómo sabe que es nena?
-Simplemente lo se. No me haga caso.
Reímos. Una mujer atractiva, definitivamente. Bastante joven para la cantidad de hijos que decía tener. Y había algo en su mirada, algo en sus facciones... que me era irresistible no mirar. Percibí que ella sentía algo parecido. Algo como
una afinidad añeja, un cariño dormido.
-Ha de ser difícil la vida aquí con 4 niños...
-Es duro. Hay que sacrificarse bastante. Pero si los viera, cómo han crecido.
-Me imagino, yo vengo de una familia grande también. Somos siete... Y viera cómo me costó separarme!
Ahora bajó un poco la cabeza, pensativa.
-Lo importante- me dijo, -es que no pierdan el contacto. El cariño. Quiéranse mucho, y nunca pierdan la alegría, la emoción de ser una familia.-
Sólo sentí cómo se me nublaron los ojos mientras tragaba con dificultad.
Casi al llegar a la estación, ella me dió un beso en la mejilla. Puso su mano en mi rostro delicadamente y me dijo:
-No temas, todo va a salir muy bien...
Luego se levantó y caminó hacia la puerta. Justo antes de que bajara del bus, atiné a balbucear:
-Cuál es su nombre?
Mirándome fijamente a los ojos, con un asomo de sonrisa y una ternura infinita, me respondió:
-Adela, me llamo Adela. Pero me dicen Gloria.
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Hace 5 semanas
puchicas vos que hermoso me sacaste las lagrimas
ResponderEliminarmucha nostalgia, compañero patechuchesco. Un abrazo hasta Vancouver. Tengo familia ahí. Hermosa ciudad.
ResponderEliminaray hoy si me hiciste llorar!
ResponderEliminarLa verdad que asi se vino para aca mi abuelita, dejo a su familia, amigos, hijos ....una vida entera e inicio otra aca y todo lo bueno, bonito, fuerte, duro, alegre que hizo aca.
ResponderEliminarElla vino aca a formar una enorme y bella familia de la que formo parte.
Gracias Abue y gracias poncho
Ps la verdad me gusto mucho aunque por razones logicas yo no vivi mucho el tiempo de su niñez con los 6 ò mejor dicho en ese tiempo 5 restantes pero me alegro mucho ver cada foto y escuchar cada anecdota de los 5 juntitos y me hace tener una gran sonrisa y sentirme bien el solo mirar a mi izqierda mientras escribo esto y ver la fotografia de 5 de mis hermanotes juntitos ^^ jejeje!!!...
ResponderEliminarAtt. Tetosh
Hola ponchito no se si sea la distacia q hay entre nosotros pero cada vez me asombra mas la forma como estas escribiendo ahora! es como si estuviera leyendo un libro de alguien q ya lleva buen tiempo escribiendo libros, tu relato fue muy inspirador y muy emotivo al final no cabe duda q era como un angel en tu camino me alegra mucho saber todo lo bueno q te sucede segui adelante ponchito muchos exitos y a mi tambien me hizo llorar jijiji!!
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